Foto: Baldo
Por todas partes se critica, todos hacemos conjeturas a la palabras del Presidente del Gobierno, respecto de su objetivo del pleno empleo manifestado en la campaña electoral que le llevó a revalidar el poder.
Lo cierto, es que sabemos todos que no puede tratarse de una promesa firme, el que un político ofrezca como fin principal la consecución del pleno empleo; sin duda alguna, se trata de un compromiso y de una intención leal conseguir ese objeto.
No pueden jugar limpio quienes pretendan dar a entender que José Luis Rodriguez Zapatero, se presentó a las elecciones prometiendo el pleno empleo y que no lo ha cumplido. Con plena seguridad, la ciudadanía hoy más que nunca sabe que el Presidente está a la altura de las circunstancias en esta materia. Sabe, sabemos los ciudadanos que, Zapatero ha hecho gestos muy importantes, ha dado pasos certeros y sobretodo comprobamos su humildad ante las dificultades, vemos con mucha frecuencia su reacción honrada, reconociendo los fallos cuando debe hacerlo.
¡Otra cosa, son algunos de los responsables que operan en las administraciones dependientes del Gobierno y en algunas empresas públicas!,
¿no?. Veamos, no puede ser de recibo consentir irregularidades y mantener en sus puestos de trabajo, a personas con antecedentes penales, ni a quienes, día a día, con su proceder contrario a la normativa causan daño a terceros. Resulta lamentable y frustrante que los responsables de las administraciones y de algunas empresas públicas, consientan tales irregularidades. Todo ello, en unos tiempos en los que todos los políticos quieren parecerse a Obama. Todo, en un país en el que su Presidente se está ganando a pulso una manera de hacer ciertamente cercana a la transparencia.
No puede molestar ver, salvo que la crítica venga de un ser cínico, que un Concejal de un Ayuntamiento gobernado por socialistas y nacionalistas, disponga incluir en su equipo, dentro de su gestión política a personas de su entorno, de su propio partido. No es eso bajo ningún concepto, disponer de puestos de la Administración en beneficio propio, es, por el contrario, claramente disponer del espacio político que los ciudadanos le han confiado para cumplir adecuadamente con el compromiso adquirido como Concejal. No puede pedírsele que eche mano de personas contrarias a su pensamiento y fines políticos.
Sí no obstante, hay que evitar y sacar del medio, cuanto antes, a otros personajes escurridizos "
malas personas" que amparándose en un apadrinamiento, ejerciendo movimientos de despiste, afiliándose
ex professo, faltando absolutamente y de plano a las más elementales normas de colaboración, con la sociedad o con sus "
amigos", se colocan en puestos de la Administración enchufados, ayudados a costa de quienes sostienen, dentro y fuera, una idea, en los buenos y en los malos momentos. Son fáciles de detectar, nunca están para el trabajo político, siempre tienen algo urgente o una buena disculpa para marchar, no obstante disertan con fiereza y son muy
críticos. Esa es la lacra que es necesario eliminar.
Luchar "
por el pleno empleo" aunque utópico, es una gran causa. Utilizar el argumento de incumplimiento de una promesa para desmerecer a Zapatero, es injusto, incierto y muy vulgar.
Salvo mejor parecer
Baldomero Gómez